Bajo su mirada (Sebastian/Alphonse)

Tal vez ese lugar, esa Iglesia, no había sido el mejor lugar que había escogido para dar un simple paseo y recorrida a la Ciudad. Ese día, casualmente era Domingo, día donde los creyentes se reunían en Santa Misa. Tuve la suerte de haber pasado por allí, horas después de ese evento. No me hubiera imaginado estar rodeado de miles de personas y eso era lo que menos quería.

Solo será ver que tantas antigüedades tiene en su afamado interior.

Me encaminé hasta las escaleras de la entrada y mientras, dejaba que mi vista recorriera toda esa estructura con detalle. En verdad, si no fuera una iglesia no estaría algo incomodo en ese lugar. No era que no fuera creyente pero la fe en la religión no era mi mayor fuerte. Otros pasos más y la gran puerta de madera lacerada por el tiempo se interpuso ante mí. Con algo de cuidado, me detuve a mirar el valor de la misma y finalmente me adentré allí.

Parece más grande de lo que parece

Notando que mis propios pasos resonaban, sentí como alguien percibió mi presencia. Parecía un joven muchacho castaño. Solo se había dado la vuelta para mirarme pero a los pocos segundos, volteó y siguió con lo suyo.

No había encontrado algún lugar sereno y pasable, en los términos que buscaba. Eso creí hasta que me había adentrado a la Iglesia de la Ciudad. Era un lugar calmo pero solo a esa hora, luego de eso, todo se llenaba con los oradores y más. La misma intención de ir allí era buscar tranquilidad, esa misma que necesitaba para terminar con un trabajo de investigación que llevaba.

Claro... Pensar que lo que estudiaba tenía algo relacionado con la Iglesia era Irrelevante.

Pero ese lugar era como la casa sagrada y me sentía un intruso allí, sin embargo, también había logrado ayudar a un par de personas. Así que no había nada de malo en lo que hacía.

Concentrado en lo que leía y demasiado para variar, escuché el ruido de la puerta. Supuse que alguien entraba por no había nadie más adentro conmigo. Dejando de lado mi libro de apuntes, ladeé la cabeza para ver de quien se trataba. Con solo un vistazo había visto a una persona muy bien vestida y de forma elegante. El traje que llevaba lo hacía lucir apuesto e importante. No le di mucha importancia al asunto, así que continué con lo mío.

Tal vez debería de haberlo saludado pero quizás el tenía otros planes en la Iglesia y no se encargaría de saludar a cada persona que viera.

Lo más seguro fue que aquella persona lo que menos quería era que lo molestasen, eso al menos, me mostraba su actitud. No le presté más atención a ese asunto. Mientras observaba los detalles de un cuadro antiguo que estaba postrado a la pared del costado, me encaminé hasta el largo pasillo con bancos a sus alrededores.

Aún no entendía porque tantos creían en la religión. Cualquiera que me oyera decir eso, me creería un ateo. Tal vez si, tal vez no. No lo definía. Pero la fe religiosa no se llevaba bien conmigo.

Cada paso proporcionaba un repiqueteo e irrumpía con el silencio de esa gran estructura pero al detenerme casi al otro extremo de ese pasillo, el silencio recobró su dominio.

-Interesante estatua- susurré apenas. Lo que tenía ante mí, era una pequeña réplica de lo que era la estatua ubicada más atrás y adornada con más detalle y lujo. No me había percatado de que tenía casi a mi lado al joven. Según lo que parecía tenía un par de libros y no se notaba que fueran del carácter religioso, más bien de temas universitarios. Sin seguir observándolo, solo comenté:

-Creí que solo veían aquí los creyentes pero ya veo que no...- seguí de largo hasta tener a centímetros mío, la verdadera reliquia de allí. Mi tono de voz no había sido de molestia pero yo también andaba como un intruso. Supuse que el otro apenas me había escuchado o solo me ignoraba pero cuando volteé mi vista, me di cuenta de que no era así.